en la librería de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH de Tegucigalpa, se realizó la conferencia “Español, un legado de nuestros antepasados” a cargo de laLicenciada Daniela Ticconi, lingüista experta en traducciones.
El español así como otros idiomas (italiano, portugués, catalán...) en su mayoría, proceden del latín, pero ¿cómo se produjo la evolución del latín a las lenguas románicas? ¿Cómo se descompuso el latín y nacieron estos nuevos idiomas? ¿Qué pasó, por ejemplo a las consonantes dobles latinas? ¿Y qué les pasó a los acentos breves y largos?
Pues obviamente todo no pasó de un día para otro y muchos fueron los factores históricos y sociales que influyeron y que de hecho se deberían estudiar para comprender mejor este fenómeno. La evolución de un idioma está estrechamente ligada a la historia del país y a las migraciones. Por ejemplo, con la conquista de los árabes, que se asentaron en la antigua Hispania desde el siglo VIII y hasta el 1492, entraron en nuestro idioma muchas palabras relacionadas con la vida concreta del ser pueblo. Palabras de uso cotidiano como “alcalde” del árabe al-qadi (el juez), o “almacén” del árabe al-majzan (el depósito) o “albóndiga” (la bola). También el periodo de las colonizaciones fue muy interesante desde el punto de vista lingüístico. Con la llegada de los españoles a América, el español se enriqueció con terminología relacionada con la flora y fauna, como lo demuestran los siguientes términos: batata, barbacoa, caimán, aguacate, cacao, chocolate, petate, tomate, entre otros.
Son muchas las interrogantes lingüísticas que aun buscan una respuesta, pero sobre todo me pongo la pregunta ¿de qué me sirve saber todo eso?
En realidad estas que parecen ser solo teorías, me ayudan en conocer la historia de mi lengua, así como la gente que la forjó, su país, su historia político-cultural y social, que se vuelve mi historia. Al mismo tiempo, estudiando la evolución de mi lengua, puedo aprender a usar bien el idioma y en un cierto sentido, a cuidarlo de la colonización de extranjerismos innecesarios que abundan en los medios de comunicación. El idioma es un bien que debo salvaguardar, es mi patrimonio, como nos lo explica su etimología: del latín pater y monium, es decir deber del padre hacia sus hijos.
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