El 18 de junio de 2014, en las instalaciones del Palacio Tecleño, se realizó la Conferencia “Danos un corazón. El valor del voluntariado”, impartida por Hester Mata, de la Fundación Paraíso Down; y Andrea Romani, de la Fundación Divina Providencia. Paraíso Down surgió como consecuencia de la unión de familias con hijos con síndrome Down, con el afán de informar, concientizar y guiar a estas familias, en la promoción al respeto a su condición, a su integración e inclusión a la sociedad. Para ellos el voluntariado implica mucho tiempo, esfuerzo y trabajo en favor de sus hijos, y en esta labor involucran también a jóvenes voluntarios a quienes se les pide empeño y responsabilidad; ya que el voluntario no es donar el tiempo libre sino un compromiso serio y constante, sin pretender. Por su parte Andrea Romani, de la Fundación Divina Providencia, explicó que la mencionada fundación nació en 1993, por el deseo de un grupo de personas que querían trabajar en favor de jóvenes y adolescentes de escasos recursos, para ofrecerles apoyo y asistencia a través de cursos de formación, actividades educativas y culturales.
El primer proyecto fue una casa de acogida para las jóvenes de la calle, llamada “Paolo Miki Center”; y en 1996, se inició con la “Pequeña Escuela Popular”, en donde se ofrecían cursos de corte y confección, mecanografía, peluquería, para las jóvenes de la zona marginal de “Las Margaritas”, en Santa Tecla. Con el tiempo, nació el Aula de Refuerzo Escolar y Humano “Las Abejitas”, en donde universitarios voluntarios reciben a niños de la zona marginal de “Las Margaritas”, en Santa Tecla, a quienes le ayudan académicamente y en todas sus necesidades humanas. Descubrir el valor de una amistad fundada sobre este voluntariado, apasiona y mueve al compromiso que viene de poner el corazón en lo que se hace. El voluntariado es una experiencia formativa, se aprende del mismo trabajo y ayuda a aportar un juicio de valor a la sociedad.
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