Durante los ciclos
de conferencias organizados por los centros culturales OneWay, presentes en El Salvador y Honduras, los expositores y
ponentes invitados abordaron diferentes temas de gran interés para jóvenes y
adultos. Y es que para OneWay,
hacer cultura es el deseo de juzgar la realidad, pero un juicio que sea el
resultado de un diálogo entre nosotros y el público; ya que “hacer cultura” es
el interesarse por todos los acontecimientos, no hacerlo sería como
desinteresarse del mismo hombre.
Con el tema de este
año, “AURI SACRA FAMES”, hemos querido denunciar (y buscar una respuesta) al
hecho de que este deseo desmedido de posesión y ambición por el poder, ha
conducido al hombre a crear terribles injusticias. Él mismo erige y produce
masacres que muchas veces ignoramos, o preferimos “ignorar, justamente por
nuestra común actitud de indiferencia frente a lo que creemos que no nos afecta
directamente. De hecho, el primer fruto de este deseo de posesión y de
manipulación del poder es una pronunciada postura individualista por parte de
mi persona y, peor aún, de quienes nos rodean.
En las conferencias
hemos visto que frente a esta situación el hombre tiende a adoptar o una
actitud de optimismo absoluto, es decir aquella del hombre que vive en una ilusión,
evitando toda molestia o incomodidad y esperando que todo le salga bien; o, por
el contrario, una actitud de pesimismo absoluto, que es la desesperación
pesimista: el hombre que reconoce el absurdo de lo que lo rodea y se desespera.
Es una actitud de fuga ante la vida. Y es que si no existe una motivación
fundamental, ¿cómo puede el hombre racional desear seguir viviendo?
Sin embargo, ni el
optimismo absoluto ni el pesimismo absoluto pueden entonces ofrecer una salida
a este deseo de realización que sentimos y que nos provoca la pregunta del
porqué de las cosas que acontecen a nuestro alrededor, en mi vida, en la vida
de mis amigos, en mi familia.
Entonces, todas
nuestras acciones y proyectos se vuelven importantes si van al fondo de la
verdad. Pero, ¿qué es la verdad? ¿Qué puedo o podemos esperar? ¿Qué debo o
debemos hacer? Cada uno de nosotros vive la nostalgia de que el misterioso
fundamento del mundo deba ser totalmente bueno y positivo, de que el abismo del
horror del mundo no sea la última palabra. Este deseo de justicia y de belleza
que yo siento dentro de mí, seguramente tendrá una respuesta positiva. Se trata
entonces de fundar nuestras acciones a partir de esta nostalgia de algo bueno,
de algo positivo para mi vida.
De aquí surge
entonces un diálogo entre los hombres que se transforma en fraternidad, pues
parte del reconocernos seres finitos, limitados: yo solo no puedo hacerme
feliz, mi felicidad pasa a través de la felicidad de quien tengo a la par; es
una fraternidad que debe tener una causa común.
Queremos, por esto,
ser instrumento de provocación para que nos interesemos por
todo, para cambiar nuestra esperanza vana en una más cautelosa, con una
reflexión operativa sobre nuestra forma de responder como hombres libres (también
libres de prejuicios) ante las provocaciones de nuestro tiempo, de nuestra
época, de nuestra sociedad.
Esta es nuestra
invitación: seguir construyendo este nuestro “OneWay”, el único camino por el cual vale la pena vivir
y actuar en función del hombre. Construir espacios de encuentro y de esperanza con la mirada
puesta en una humanidad nueva. En este sentido, nuestra “denuncia” quiere
proponer este punto de encuentro para todos los que desean vivir y actuar en
función del hombre y de su felicidad como forma de realización plena.
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