Política: la gente necesita pan, paz y trabajo

Rubén Zamora
Embajador de El Salvador en La India

Durante su intervención, Rubén Zamora aseguró que la peor política es la de aquellos que dicen que no son políticos. “El que dice que no es político está haciendo una negación radical de su propia humanidad, se está deshumanizando, porque nos guste o no, por ser seres humanos, todos somos políticos”, afirmó el ponente. Al mismo tiempo, enfatizó que las personas tienden a confundir la política con lo que los profesionales de la política hacen de ella, y esta es una de las razones por las cuales se crea apatía y rechazo.

Zamora manifestó que uno de los grandes problemas que se enfrenta en el país, es que “la historia ha cambiado con el tiempo, pero a política no se ha movido al mismo ritmo”. Esto hace que las desigualdades sociales sean cada vez más grandes, y que los políticos lleguen a pensar que ellos son quienes prescriben lo que hay que hacer con la gente y con sus necesidades.

Y es que cuando nos negamos a ser políticos cedemos y somos cómplices de la crisis de la política. “Muchos niegan ser políticos porque no quieren ser relacionados con las características que a estos se les atribuyen (…) pero hay que entender que política es todo, es interesarse de cada cosa que sucede, dar juicios y buscar juntos las soluciones”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué es el Centro Cultural One Way?

Para nosotros, hacer cultura es el deseo de dar un juicio a la realidad, un juicio que sea el resultado de un diálogo entre nosotros y el público. Y es que cultura es el interesarse por todos los acontecimientos y por toda la realidad, no hacerlo sería como desinteresarse del mismo hombre.

Sin embargo, para juzgar es necesario tener clara la propia identidad, saber lo que es el fundamento de todo, y preguntarse qué le da un sentido a todo el actuar.

Por esta razón nace “One Way” (el único camino), porque consideramos que el único camino por el cual vale la pena vivir y actuar es el hombre. Vivir y actuar en función de él.

Fue así como decidimos iniciar un trabajo juntos, con el cual construir lugares de verdad, empeñándonos en un trabajo educativo y cultural que contribuya a formar hombres nuevos. En este sentido, se nos presentó la cuestión sobre cómo llevar a cabo esta labor, pues estábamos conscientes de que nos hacía falta madurar y crecer. Sin embargo, pensamos que este crecimiento no puede ser algo que preceda a la acción y sobre todo no puede ser algo privado o circunscrito a pocos. Todo lo contrario, es posible crecer en un actuar de forma nueva dentro de la sociedad, iniciando en ella un diálogo sincero.