Azur y Asmar


Proyección de la película
"Azur y Asmar"

Había una vez dos niños que habían sido criados por la misma mujer: Azur, de rubios cabellos y azulados ojos, era el hijo de un noble; mientras que Asmar, moreno y de ojos negros, era el propio hijo de la nodriza. Los dos crecieron juntos como hermanos hasta que el destino los separó de un modo brutal. Azur, espoleado por los cuentos que la nodriza le contaba sobre la legendaria “Hada de los Djins”, no será feliz hasta haberla encontrado. Al reunirse, ambos adultos, convertidos en rivales, aquellos que fueran como hermanos de sangre se embarcan en la búsqueda del Hada.

Se trata de un cuento “migrante”, capaz de hablar a Oriente y a Occidente. Las aventuras de “Azur y Asmar” nos recuerdan que el dialogo entre culturas y diferencias sociales no solo es posible sino necesario. El otro no es tan diferente de ti, si solo tratas de conocerlo. Quizás descubras en él una fabula tan bella como la mirada azul y café de los dos hermanos.

14 de octubre de 2010

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¿Qué es el Centro Cultural One Way?

Para nosotros, hacer cultura es el deseo de dar un juicio a la realidad, un juicio que sea el resultado de un diálogo entre nosotros y el público. Y es que cultura es el interesarse por todos los acontecimientos y por toda la realidad, no hacerlo sería como desinteresarse del mismo hombre.

Sin embargo, para juzgar es necesario tener clara la propia identidad, saber lo que es el fundamento de todo, y preguntarse qué le da un sentido a todo el actuar.

Por esta razón nace “One Way” (el único camino), porque consideramos que el único camino por el cual vale la pena vivir y actuar es el hombre. Vivir y actuar en función de él.

Fue así como decidimos iniciar un trabajo juntos, con el cual construir lugares de verdad, empeñándonos en un trabajo educativo y cultural que contribuya a formar hombres nuevos. En este sentido, se nos presentó la cuestión sobre cómo llevar a cabo esta labor, pues estábamos conscientes de que nos hacía falta madurar y crecer. Sin embargo, pensamos que este crecimiento no puede ser algo que preceda a la acción y sobre todo no puede ser algo privado o circunscrito a pocos. Todo lo contrario, es posible crecer en un actuar de forma nueva dentro de la sociedad, iniciando en ella un diálogo sincero.